La traducción de 'Obabakoak'
Juan Garzia

Resumen

Desde una fecha muy concreta, Joseba Irazu-Bernardo Atxaga, desdoblamiento inicial de una persona, ha sufrido una múltiple división que le ha llevado a ser a la vez persona, escritor, conferenciante, objeto de entrevistas, viajero, representante, etc. Tras un viaje por Cuba y Estados Unidos ha encontrado tiempo para charlar con Juan Garzia sobre la causa de tal geminación: su libro Obabakoak, o, más concretamente, sobre su traducción. Sin embargo, la charla no se agota en ese punto, y da un repaso al propio hecho de la traducción en general, y de la traducción al euskara y del euskara, así como al papel y las condiciones que cumple y que debería cumplir el traductor vasco.

En cuanto a la traducción de Obabakoak, además de la inicial castellana, se ha realizado también la catalana, y están en preparación otras al inglés, francés, italiano y alemán, aunque no del original vasco, sino de la versión más que traducción como él mismo admite— castellana.

El proyecto de traducir este libro al castellano era anterior a la concesión del Premio Nacional de Literatura, y era el mismo Atxaga quien iba a encargarse de la labor. Sin embargo, al presentarse al premio se vio en la necesidad de colaborar con otras personas y de supervisar personalmente todo el proceso, para lo cual tuvo que encerrarse en un hotel de Barcelona. Atxaga vio entonces claramente la imposibilidad de hacer una traducción al uso, y la necesidad de reescribir la obra. Como él mismo confiesa, es más sencillo escribir que traducir, dado que al traductor no se le admiten licencias que puede tomarse el escritor.

Posteriormente, la charla pasa a hacer una reflexión sobre los problemas que plantea verter al euskara el desbordante nivel cultural de otros idiomas, y en este sentido defiende la necesidad de una toma de conciencia de comunidad entre traductores y escritores, una especie de entente o de acuerdo para unificar tendencias ahora dispares.

La traducción es para Atxaga un pilar importante en el mundo del euskara, y por ello se lamenta de la poca importancia que se le concede a la formación del traductor en nuestro país. En su opinión, una escuela de traductores debería ser aún más dura y exigente que una de ingenieros, y aquí ni siquiera tenemos una sola en condiciones.|

Menciona en este punto el enorme gasto que está suponiendo la traducción de textos oficiales que nadie lee, pero que sirven para «lavar conciencias». El traductor, para Bernardo Atxaga, debería estar mimado, debería pasar previamente por una larga etapa de formación, contar con becas para su perfeccionamiento y adquisición de una amplia cultura, que en su opinión es la base principal de un buen traductor, más importante incluso que la propia capacidad técnica.

La entrevista finaliza volviendo a las dificultades de traducir algunos textos que componen Obabakoak, debidas al especial ambiente en que se desenvuelven y al modelo de lenguaje que utilizan.