Presentación
Inaki Aldekoa

Traducción: Koldo Morales

Situarnos en el punto donde se cruzan la traducción y la creación ha sido el propósito de la traducciones que hemos reunido en estas páginas. Esos dos caminos han transcurrido separados con demasiado frecuencia, cada uno por su lado, huyendo de la relación que obligadamente imponía el instrumento de trabajo el idioma, como si no tuviesen nada que ver entre sí. Como consecuencia de esas sesiones de verano sabemos, al menos, que el traductor literario está más cerca del trabajo creativo que de la pura "mimesis".

Pero, ¿cuál es el carácter de esa relación? Para eso se reunieron los traductores y los creadores, para profundizar en torno a esas preocupaciones y opiniones. Existe una conclusión clara: tanto el traductor como el creador son escritores. En el campo del creador predominan las reivindicaciones en favor de la libertad, mientras que desde el lado de los traductores se ha puesto de manifiesto una conocimiento más humilde del oficio. Por supuesto, la apuesta en favor del oficio tiene para nosotros una ventaja fundamental ante el creador charlatán carente de oficio. Cuando digo oficio tengo que mencionar necesariamente la riqueza e idoneidad de su herramienta de trabajo, es decir, del idioma. El oficio del traductor tiene más ámbitos. Sin embargo, a pesar de que todos esos recursos son básicos en el periodo de formación del traductor, resultan ser pocos a la hora de dar el salto a un nuevo universo literario y de hacer nuestro su patrimonio.

Como consecuencia de ese salto o inmersión, el fruto recién configurado tiene en sí el roce de la creación. Si no, ¿por qué hablar de versiones o de esta o aquella edición? Todo ello ha empujado a reunirse a los escritores en el cruce de caminos de la traducción y de creación. La primera quisiera mantener con firmeza el texto original; para la segunda, en cambio, el trabajo de traducción debería dirigirse a crear un texto inteligible para el lector actual. A la primera le resulta imposible difundir el encanto del texto original en las páginas traducidas; la segunda contesta que el fondo de un texto siempre puede ser traducido. Dos extremos de una cuerda, la eterna tensión de la traducción. En el camino, el trabajo escrito y la nueva creación.