Juantxo Ziganda Zilbeti. Euskaldunberri, profesor, traductor
Xabier Olarra, Fernando Rey

Resumen

Murió recientemente, relativamente joven, si tenemos en cuenta la esperanza de vida de nuestro entorno, al año y medio de haberle diagnosticado un cáncer del pulmón.

Se enfrentó a la enfermedad con cierto humor, que no abandonó hasta el último momento: «A mí, mientras no me digan que prepare las maletas para Berichitos...» (Zona donde está situado el cementerio de Pamplona).

También con un cierto resentimiento contra la ciencia: «Si los rayos X lo queman todo, por qué no serán capaces de quemar todas estas células cancerígenas!».

Era un euskaldunberri que aprendió euskara en su juventud: su padre era de Beuntza y tenía familia en Atetz-Imotz-Odieta-Ul-tzama. Por eso su euskara tenía el deje alto-navarro que aparece también en las obras que tradujo.

Tras la primera oposición para la creación de la Unidad de Traducción del Gobierno de Navarra entró en 1988 como traductor en dicha unidad oficial, creada según lo establecido en la Ley del Euskara de 1986. También ejerció durante un tiempo como técnico de euskara en la Dirección General de Política Lingüística y fue persona clave en el establecimiento de la línea D en el colegio público Ave María de la Rochapea.

Como otros muchos se inició en la traducción en euskara traduciendo pequeños textos y panfletos en su barrio, y tras varios años de duro trabajo como traductor de textos jurídicos y administrativos, hizo una incursión en la traducción literaria con dos textos inolvidables de los autores de novela negra Jim Thompson y Boris Vian: Ihesa (The Getaway) y Ttu eginen dut zuen hilobietan (J'irai cracher sur vos tombes), publicadas ambas por Igela, en 1991 y 1992 respectivamente.

Se fue, pero no del todo, porque era demasiado grande para irse entero.