Un escritor, cuatro voces y un traductor: traducir a los heterónimos de Pessoa
Resumen
El 13 de enero de 1935 Fernando Pessoa escribió una carta al escritor y crítico literario Adolfo Casais Monteiro, en la que, entre otras cuestiones, le narraba cómo había nacido su heterónimo Alberto Caeiro. Según cuenta Pessoa en su misiva, llevaba un tiempo tratando de crear otros heterónimos sin éxito cuando el 8 de marzo de 1914, en un arrebato de inspiración, se le apareció y surgió en su interior el poeta Alberto Caeiro, y tras él otros dos de sus heterónimos más importantes: Ricardo Reis y Álvaro de Campos.
La obra de Fernando Pessoa nos brinda una excelente oportunidad de descubrir qué tipo de reflexiones y observaciones realiza el traductor, cómo analiza las características del texto a traducir y qué decisiones toma con el fin de reflejar dichas características en la lengua de destino. A través del juego literario de los heterónimos, una única persona de carne y hueso toma el lugar de varios escritores ficticios, e inventa para cada uno de ellos una voz y una manera de expresarse singular y característica. La antología de poemas de Pessoa que el traductor Iñigo Roque ha preparado para la editorial Denonartean es un buen lugar de ensayo para estudiar el análisis que de las características distintivas del texto hace el traductor, puesto que nos ofrece la oportunidad, por primera vez en lengua vasca, de analizar y comparar un buen número de poemas de tres de los heterónimos de Pessoa. Ya habíamos podido leer con anterioridad a Pessoa en euskera, gracias a las traducciones de poemas sueltos que habían ido publicando en revistas y libros diversos Joseba Sarrionandia, Ana Iribar, Josetxo Azkona, Joakin Balentzia, Gerardo Markuleta, Xabier Galarreta y Luigi Anselmi. Pero por primera vez encontramos en la antología Poemak pluralean de Iñigo Roque un número suficiente de poemas como para poder identificar las características de cada heterónimo, de la mano de un único traductor: 14 piezas de Alberto Caeiro, 23 de Ricardo Reis, 8 de Álvaro de Campos y 19 del ortónimo Fernando Pessoa.