Jone Aldamizetxebarria Leizaola, una flor en el desierto
Bego Montorio

Tras cuarenta años como traductora del Ayuntamiento de Barakaldo (Bizkaia), el pasado año Jone Aldamizetxebarria Leizaola (Caracas, 1958) accedió a la jubilación. Cuando empezó a trabajar estudiaba Sociología en Bilbao, y años más tarde se licenció en Filología Vasca, pero su profesión ha sido siempre la traducción. A lo largo de su dilatada trayectoria ha conocido de cerca la realidad de la traducción administrativa, así como la de otros ámbitos de la profesión, ya que fue secretaria general de la asociación EIZIE durante ocho años (2005-2013). En un artículo anterior («Barakaldo, desierto») dio ya algunas pinceladas de su vivencia como traductora municipal, y en esta ocasión, al hilo de las preguntas que le plantea una colega y amiga desde sus tiempos de universidad, profundiza en esos aspectos y nos ofrece una visión más amplia del mundo de la traducción.