La traducción científica en las lenguas de pequeña difusión y el proceso de normalización
Seosamh O Murchu


Resumen

Situación

El pasado colonial de Irlanda ha tenido efectos evidentes tanto en los hablantes nativos del irlandés, como entre aquellos en que ésta es segunda lengua. En ambos colectivos se observa una cierta postura pesimista en lo que respecta a la capacidad del idioma Gaeltacht para hacer frente a la complejidad del mundo moderno. A ello hay que añadir el fracaso de las iniciativas emprendidas por los organismos oficiales para corregir la diglosia negativo/selectiva que se registra en el uso del irlandés, lo cual no ha hecho sino aumentar la incredulidad de estos colectivos hacia la lengua.

Por otra parte, la poca tradición científica irlandesa tampoco es muy favorable para el idioma, ya que no ha tenido ningún peso a la hora de desarrollar el lenguaje científico. Pero además ha habido otros factores que han impedido ese desarrollo, como son:

  • Las empresas tecnológicamente avanzadas que se han instalado en territorio Geltacht han utilizado únicamente la lengua inglesa para alcanzar esa tecnología, con lo que han arrastrado tras ellos a los hablantes de irlandés.
  • La posibilidad de aprender en la escuela en irlandés dicha tecnología avanzada ha sido muy limitada.
  • En la universidad de habla irlandesa, los temas científicos se han solido enseñar en ambos idiomas ante la falta de textos en irlandés. Además, la sombra del paro y de la emigración desalienta incluso al mejor ánimo.

Consecuencia de esta historia es la actual situación de diglosia selectiva:

  • El inglés es la lengua utilizada en los campos de la tecnología y de la industria, incluso entre las personas que dominan el irlandés.
  • Debido a la fuerte competencia del inglés, la lengua irlandesa está llena de expresiones inglesas.
  • En los casos en que existen términos irlandeses, éstos apenas suelen llegar a la gente, debido, por un lado, a la falta de un circuito de difusión de dicha terminología, y, por otro, a que la gente considera extraños y absurdos los neologismos empleados por los funcionarios de Dublín.

La postura que algunos muestran ante semejante situación podría denominarse "preservacionista". Para éstos, lo que importa es preservar esa entrañable reliquia lingüística en su eterna pureza, ya que no le ven sitio alguno en la vida normal. Esta postura purista/purificadora, que por muy bienintencionada que sea no puede conseguir otra cosa que no sea dejar morir dulcemente al idioma, resulta otro obstáculo para la posible normalización del irlandés.

Sea como fuere, existe un gran abismo entre los hablantes de la zona Gaeltacht y los del resto del país. Hacer de puente entre unos y otros es una tarea fundamentalmente política, que deberá tomar en cuenta las diferentes realidades históricas, sociológicas y culturales de cada colectivo de cara a impulsar la conciencia política que les corresponde. Por otra parte, es necesaria una política que haga frente a las fuerzas contrarias al progreso de la lengua irlandesa (poniendo, ante la lógica pura de mercado, el márquetin de la voluntad política, por ejemplo).

Sin embargo, no todo es oscuridad, ya que se está observando una cierta reacción entre las clases urbanas irlandesas: se están construyendo nuevas escuelas, a pesar de los impedimentos económicos y burocráticos, y junto con ello se está desarrollando una conciencia de identidad unida a la lengua; en este sentido, las personas inmersas en este movimiento muestran mayor interés por hacerse dueños de la nueva terminología, a fin de poseer un idioma válido para su propio ambiente.

La traducción científica

Uno de los obstáculos que hay que superar en la traducción al irlandés de textos científicos es el de los lenguajes especiales. En cierto sentido, esto es muy similar a lo que sucede con el problema de las jergas en la televisión o en los medios de comunicación de masas, ya que en ambos casos es muy difícil conseguir una jerga expresiva cuando se traduce a una lengua que no está desarrollada en muchos ámbitos. Ante este hecho pueden adoptarse dos posturas diferentes:

  • parafrasear lo expresado por la jerga, con lo que perderemos el juego metafórico en ella encerrado;
  • crear una jerga autónoma, aunque no es fácil competir con la lengua más fuerte.

Resulta evidente que hay que tomar esta segunda vía, con todas sus dificultades, tanto en lo que se refiere a las jergas como a las demás formas especiales de lengua, como es el caso del lenguaje científico.

Si nos atenemos a la terminología, la herencia con que se ha encontrado la Comisión de Terminología del Departamento de Educación (llamada "Coiste Tearmaíochta") es la inexistencia hasta ahora de una lengua escrita unificada y la poca importancia de la traducción científica. Desde su creación en 1968, este grupo ha venido trabajando en la creación de terminología, pero también se ha tenido que ocupar de lavar el mal nombre de los neologismos en irlandés. Antes de llegar a una situación diglósica tal que impida acceder a un determinado ámbito a cualquier otra lengua que no sea el inglés, es preciso dar a conocer el derecho del irlandés a ocupar también ese ámbito. Para ello, actualmente, no se ve más salida que los medios de comunicación de masas.

La mencionada comisión ha empleado tres métodos en su trabajo terminológico:

  • añadir nuevos significados a términos antiguos del irlandés;
  • crear palabras compuestas con dos o más términos ya existentes;
  • valerse de la transliteración, la cual, en estos últimos años, ha sido uno de los medios más explotados en la creación de terminología científica. Así, en el campo de la informática, por ejemplo, para buscar términos para aquellos nuevos conceptos procedentes del inglés y, en muchas ocasiones, de las lenguas clásicas, se ha construido un detallado sistema de transliteración, de fácil utilización a pesar de su complejidad.

Otra de las tareas de la comisión ha sido revisar y completar el diccionario de términos científicos de 1966, tarea en la que se ha tenido que enfrentar a multitud de inconvenientes:

  • En primer lugar hay que explicar los nuevos términos a fin de encontrarles un equivalente, y a menudo los propios científicos no se ponen de acuerdo sobre el significado de un determinado término.
  • En las traducciones científicas, los sinónimos y equivalentes suelen presentar mayores problemas que en otros campos.
  • Se tiende a tomar términos de aspecto castizo en irlandés, siempre y cuando expresen adecuadamente el concepto al que se refieren.
  • El Sistema Internacional de notación de términos científicos que a menudo se deriva de los términos ingleses o franceses dificulta la traducción, ya que hay que mantener el símbolo correspondiente, aunque no coincida con la letra inicial del término propuesto para el irlandés.

Hay que señalar que en la actualidad, la traducción al irlandés de temas científicos se encuentra en una situación poco halagüeña, como lo demuestran los siguientes hechos:

  • En toda Irlanda no hay nadie que se dedique profesionalmente a la traducción científica. Hasta hace poco tiempo, el grupo de trabajo llamado "An Gúm", dependiente del Dept. de Educación, era el único que se valía de la colaboración de traductores científicos para la creación de material didáctico.
  • La mayor carencia que sufren los traductores científicos es la inexistencia de una base de datos computerizada. La Comisión de Terminología de "An Gúm" está creando poco a poco una base de datos de términos en Gaeltacht. Además, una empresa irlandesa radicada en los EE.UU. ha confeccionado un programa con el que podrá utilizarse el diccionario irlandés-inglés de 1978 por medio del ordenador.