Algunas notas sobre el futuro de los estudios de traducción
Josu Zabaleta

Resumen

Los estudios de traducción al euskara han tenido muchos altibajos durante estos últimos años. En diez años, han nacido la Escuela de Traductores de Martutene y la de HAEE-IVAP (de traducción administrativa). Ambas se encuentran en fase de cambio profundo: la primera, por problemas económicos, se ha reducido considerablemente, y ahora se limita a impartir cursos anuales de traducción y redacción. La segunda ya no acepta nuevos alumnos, en espera de que sea la Universidad la que se haga cargo de estos estudios.

El balance de estos estudios es positivo; sobre todo, han servido como lugar de encuentro para los traductores, y su profesión, normalmente solitaria, ha empezado a ser colectiva. E iniciativas importantes, como esta revista, Senez, y la Asociación de Traductores, EIZIE, son fruto de la Escuela de Martutene.

Ahora que se plantea un gran cambio en estos estudios, y con la finalidad de hacer un diseño adecuado, trataremos de analizar las necesidades de los estudios.

En primer lugar, habría que preguntarse cuantos traductores hacen falta; es decir, hacer un estudio de mercado. Nuestro mercado se divide en dos grupos: en primer lugar, están las instituciones públicas (Gobierno, Diputaciones, Ayuntamientos, EITB). Esta clientela es, con mucho, la mas importante cuantitativamente, y la única que ha creado para los traductores puestos de trabajo fijos. Se puede decir pues que, allí a donde vayan las instituciones públicas, allí va la traducción. Y, en estos últimos años, la cantidad de material a traducir, principalmente en ETB, ha bajado mucho, y también se prevee un cambio en este sentido con la creación del Servicio Oficial de Traducción. Aun cuando, por otra lado, hay inicativas publicas destinadas a promover la traducción (diversos proyectos de traducción literaria, de textos filosóficos, etc.), estas inciativas, desde un punto de vista cuantitativo, son meramente anecdóticas.

En las instituciones privadas (entidades bancarias, cajas de ahorro; editoriales, etc.), la administración, indirectamente, tiene también un gran peso (exigencias de bilingüismo, subvenciones, etc.), y es la que al final define la política de traducción de estas entidades.

En lo que respecta a las necesidades del traductor, en primer lugar, los más necesitados de estudios son los que actualmente están trabajando. De los estudios, lo que el traductor espera es reciclaje y la dignificación de su status, debido a la inexistencia de un titulo homologado.

Hay que subrayar la importancia que tiene la investigación dentro de un plan de estudios, debido, fundamentalmente, a la situación diglosia del euskara. Aunque este, como se ha dicho, ganada la batalla de la unificación lingüística, queda aun la del estilo; y esta batalla se librara sobre todo en el campo de la traducción (directa o indirectamente, ya que muchos textos originales presuponen una traducción en el fondo).

Si estos estudios se llevan a cabo en la Universidad —lo que no tiene por que ser así forzosamente—, se necesitarla una gran flexibilidad para responder adecuadamente a las necesidades actuales de la traducción al euskara. Es sin embargo la Universidad la que mejor podría hacerlo.