Trayectoria histórica de la Escuela de Traductores de Martutene: creación, pasos dados y situación actual
Resumen
La escuela de Traductores de Donostia abrió sus puertas en 1980, dependiente de la Academia de la Lengua Vasca. En un principio, se limita a la traducción de textos de cultura general, traducción previa a cualquier especialización.
De la primera promoción (1980-1981), se puede decir que fue experimental. Por ser la primera, tanto para alumnos como para profesores, y además porque, entre otras razones, las discusiones en torno al euskara mismo en torno a la unificación y normalización del euskara-, impidieron muchas veces el poder abordar directamente la traducción.
Con la segunda promoción, la escuela tiene ya unos locales definitivos en la Escuela Profesional de Martutene; con la experiencia del año anterior, se amplia la duración de los estudios a tres años y se reestructura el plan de estudios. Poco a poco, y aunque entre los alumnos existe la sensación de formar parte de un laboratorio, la situación se va normalizando. Subsisten sin embargo muchos problemas: a) de infraestructura. En efecto, los locales están en un estado lamentable, lo que no propicia el ambiente de estudio. Aquí hay que destacar sin embargo la biblioteca de la Escuela, en la que se invirtió con acierto. Añadiremos también que la Escuela misma, con gran esfuerzo por parte de los profesores, publica varios títulos en los años 82-86. b) problemas económicos. En algunos momentos fueron muy graves, e impidieron la marcha normal de la Escuela. Aún hoy tiene un futuro incierto. c) titulación. Dado que la necesidad de traductores de euskara iba en aumento, y que la Escuela comenzaba a adquirir cierto prestigio, era necesaria la institución de un ítitulo con valor académico. Se pedía un título similar al de magisterio, y el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ofreció el titulo superior de Educación Profesional. Al final, no se logró ni lo uno ni lo otro. Pero hay que decir que el título de Martutene, aún sin validez académica, comenzó a contarse como merito a la hora de acceder a ciertos puestos de trabajo.
Una vez que la Escuela perdió toda esperanza de reconocimiento oficial, hubo que hacer una reestructuración. Con sólo dos profesores, en 1988 y 1989 se organizan nuevos cursos de duración anual, y cuyo contenido se centra más bien en el reciclaje.
Como conclusión, diremos que la escuela ha dado muchos frutos, que consideramos y se consideran muy positivos: primero, en ella se lleva a cabo por primera vez una reflexión profunda sobre los problemas de la traducción en euskara. Y, gracias a ella, se han estrechado las relaciones entre los traductores euskaldunes; en efecto, la creación del EIZIE (Asociación de Traductores, Correctores e Interpretes del País Vasco) ha sido labor de los profesores de la Escuela de Martutene.