Algunas particularidades de la traducción al euskera
Josu Zabaleta

Resumen

Existen algunas ideas acerca de la traducción al euskara que, a fuerza de repetirse, se han convertido en tópicos. Uno de ellos es que traducir al euskara es difícil porque es una lengua muy alejada tipológicamente de las que le rodean. Otro de los tópicos consiste es decir que la traducción es complicada por tratarse el euskara de una lengua en vías de normalización.

La normalidad/anormalidad son, además de lingüísticos, conceptos socio-políticos. En efecto, el concepto de normalidad mas extendido tiene que ver en su origen con la función reforzadora de la lengua en la unidad política en el origen de los estados modernos. Así, normalidad sería sinónimo de estabilidad y continuidad. Pero basta un repaso a la historia —incluso fijarnos en la actualidad— para ver que esto no ha sido siempre así, y que las situaciones diglósicas han sido a menudo lo "normal". Con todo, y por comodidad, nos referiremos de aquí en adelante a esta idea de normalidad, es decir, a la lengua "normal" entendida como la que se usa en un territorio concreto, la lengua oficial y normativizada que usan la mayor (a de los habitantes de esa sociedad para satisfacer sus necesidades comunicativas habituales.

Las condiciones en las que trabaja el traductor euskaldun no se pueden comparar con las de una lengua normalizada. Así, en lo que se refiere al papel comunicativo y sociolingüístico del traductor, podemos decir que es el quien esta normalizando en gran parte el euskara. Al traductor se le impone la labor de crear la lengua para los usos en áreas hasta ahora nuevas: es él el que tiene que crear la terminología, el estilo... no sólo en las ciencias o la administración, también en los medios de comunicación. Lo que, por supuesto, no ocurre en lenguas desarrolladas. Pero el hecho de crear terminologías no es suficiente; sólo el uso real para fines comunicativos las fijará.

Otra particularidad del traductor euskaldun es la referente al conocimiento del euskara y la situación sociolingüística. Vive en una población bilingüe rodeada de factores que provocan constantemente interferencias lingüísticas. Así, traducción es a menudo sinónimo de interferencia y contaminación (aunque a veces sea el traductor quien más se enfrenta a ellas; el purismo aparece sobre todo en las traducciones).

Hay que hablar también de las parejas de lenguas que utiliza el traductor: el euskaldun normalmente traduce del castellano, es decir, de una lengua que es casi su segunda lengua madre; esto, según señalan algunos teóricos, es perjudicial para la traducción, porque la lengua de partida —el castellano— al ser tan conocida no se analiza con la profundidad debida en el proceso de la traducción.

Por último, señalaremos el hecho de que el mercado del euskara no sea un mercado "normal": es pequeño, con una clientela muy limitada y además bilingüe y diglósica. En las lenguas desarrolladas, la traducción "comercial" supone un 80-85% del total. En la nuestra no tiene prácticamente lugar. La mayor parte la lleva la administración (lo que suele suponer auto traducción) y los medios de comunicación, es decir, ETB.