Basta una frase
Iñaki Bastarrika Izagirre

Resumen

Supongamos que un traductor escoge una frase y que la traduce reiteradamente, todos los días, durante cuarenta años, y que se enfrenta cada día al reto de trasladar a un mismo idioma ese fragmento de texto. Debe cumplir siempre la norma de no consultar sus anteriores traducciones, es decir, de afrontar cada día la tarea de verter el original a la lengua de destino. Este ejercicio, que puede parecer extraño, se realiza en la disciplina creativa japonesa sumi-e, en la que se pintan determinados motivos, como el bambú, por ejemplo. ¿Sirve ese ejercicio pictórico también para la traducción?