Batallando contra los versos de Molière
Juan Martin Elexpuru

Resumen

El traductor que se enfrenta a una obra escrita en verso se encuentra ante el dilema de traducirlo en prosa o en verso. La dificultad es sin duda menor si se decide por la prosa, pero los resultados serán más satisfactorios si se consigue realizar una buena traducción en verso.

Una vez de haber optado por el verso, es el momento de fijar la métrica y la calidad de rima a aplicar. En el caso de Tartufo opté por concederle quince sílabas al dodecasílabo francés, a sabiendas de que el euskera necesita más espacio para expresar contenidos similares. En lo que respecta a la rima, traté de que fuera la más consonántica posible, aunque tomándome todas la licencias que creí oportuno. Sí traducir es de por sí dificultoso, lo es más hacerlo en verso, pues hay que realizar muchos equilibrios para satisfacer el objetivo del traductor: trasladar el contenido del original, de la manera más bella y fiel posible.