La traducción de Biblia en el País Vasco
Jesus M. Zabaleta

Resumen

La Historia de las versiones bíblicas al euskara tiene su inicio con la publicación, el año 1571 de la traducción del Nuevo Testamento al dialecto labortano por el ministro calvinista Joanes Leizarraga.

Esto ocurría doce años después de que Juana de Albret, reina de Navarra y señora de Bearne abjurara públicamente del catolicismo y abrazara la reforma de Calvino, la Pascua de 1559. La reina navarra se aplicó a imponer la reforma en sus estados, es decir, en lo que le quedaba del reino de Navarra tras la anexión del Reino a Castilla, en la Merindad de Ultrapuertos, y en el Bearn.

Esta política obtuvo la adhesión del pueblo y la nobleza de Zuberoa, incluso de parte de la nobleza de la Baja Navarra, pero no así del pueblo, que opuso resistencia.

La traducción del Nuevo Testamento al euskara forma parte de los planes de establecimiento de la reforma en el país. Se basó fundamentalmente en la traducción al francés hecha por Pierre Robert, llamado también Olivetan (recuérdese que la Vulgata latina no tiene necesariamente ningún valor de «originalidad» desde el punto de vista de un ministro calvinista); este mismo texto sería adoptado, tras varias correcciones, como oficial para los calvinistas e impreso en 1688, posteriormente a la publicación del testo de Leizarraga.

Como en otras muchas lenguas, la traducción de la Biblia (en este caso solo el N. T.) al euskara, fue uno de los primeros libros que se publicó en esta lengua, el segundo. Teniendo en cuenta la falta de antecedentes a los que se pudiera referir el traductor, llama la atención la perfección alcanzada en esta primera traducción.

Sin embargo, al no prosperar la reforma emprendida en el Reino de Navarra, esta traducción no gozó de la difusión merecida, hasta que tres siglos más tarde se hicieron reediciones de algunos de los libros que la componen, a cargo de la sociedad bíblica de Londres principalmente.

Durante el siglo siguiente se llevarán a cabo otras dos traducciones bíblicas al euskara. La primera traducción del Antiguo Testamento, llevada a cabo en Inglaterra por P. d'Urte (+ 1700), que no se publicará hasta finales del s. XIX, y cuyo uso se reducirá prácticamente a su valor filológico. Y la traducción del N. T. por Haraneder (1740) que no se publicará hasta 1855 en una versión revisada.

Tras algunas traducciones y publicaciones a cargo de los protestantes en el primer tercio del s. XIX, llegan las primeras traducciones completas de la Biblia, junto con multitud de traducciones, partes de ella en el tercer cuarto del s. XIX. La iniciativa de toda esta gran producción y esfuerzo de traducción corresponde al príncipe Luis Luciano Bonaparte, eminente filólogo y lingüista. Su interés por la lengua vasca y particularmente por los aspectos dialectológicos lo indujeron a la creación de un grupo de colaboradores, traductores todos ellos, a los que en su afán de disponer de muestrarios dialectológicos, encargó diversas traducciones bíblicas y de otros diversos textos. Entre ellos cabe destacar a J. Duvoisin, que tradujo la Biblia al dialecto labortano (publicada en Londres entre 1859-1865). Asímismo debe destacarse la figura de J. A. Uriarte, religioso vizcaíno a quien Bonaparte encargó la traducción de la Biblia al dialecto guipuzcoano, y partes de la misma a otros dialectos. De esta traducción solamente se editaron los primeros libros del A. T. Más que las ediciones llevadas a cabo sobre los textos traducidos (ediciones muy pequeñas, entre uno y doscientos cincuenta ejemplares), tuvo grandes repercusiones la preparación del equipo de colaboradores.

La primera mitad del presente siglo ve pocas traducciones bíblicas al euskara, hasta que en 1.959 se publica la traducción completa de la Biblia llevada a cabo y dejada sin publicar por R. Olabide, muerto 17 años antes. La tendencia purista a ultranza que esta traducción presenta en su lenguaje, impide sin embargo en gran medida su comprensión y aceptación por parte del público, y su uso en la liturgia.

El Concilio Vaticano II supone un nuevo impulso a las traducciones bíblicas. El año 1.977 se crea una Comisión Intereclesial para la traducción de la Biblia, que tras la publicación del N. T. se halla en estos momentos dedicada a la traducción del A.T. Otro tanto puede decirse de la Comisión Litúrgica Interdiocesana para la traducción de la Biblia, que Publicó su versión del N.T. el año 1.980.