El carácter orgánico del texto traducido
Xabier Mendiguren

Resumen

En el campo de la Glotodidáctica se le ha dado prioridad al lenguaje hablado, en perjuicio del escrito. Por otra parte, el aspecto comunicativo del lenguaje ha quedado en ocasiones a merced de una estéril corrección gramatical, sin que se hayan tenido en cuenta los problemas que se plantean en el verdadero acto comunicativo.

Características del texto escrito

La escritura supone algo más que la simple concatenación de oraciones gramaticalmente correctas. De hecho, es posible escribir un texto sin ningún error gramatical, pero que al mismo tiempo sea inaceptable.

El escritor, a diferencia del hablante, dispone del tiempo necesario para estructurar el mensaje que desea comunicar. Sin embargo, carece de algunos de los elementos de los que hace uso aquel: entonación, gestos... El hablante tiene normalmente ante sí al oyente, y se sirve continuamente del "feed-back", para adecuar el mensaje a las exigencias de la comunicación. Ser hablante no significa, por otra parte, saber escribir: esa aptitud se obtiene a través de la alfabetización.

Un texto es una unidad comunicativa, que debe mantener una doble coherencia: por una parte, respecto a las normas del sistema lingüístico, y, por otra, respecto a la finalidad perseguida por el escritor.

Los cuatro niveles del texto

En primer lugar, el autor debe buscar el modelo adecuado para alcanzar su objetivo comunicativo (aspecto pragmático); seguidamente, estructurar las ideas que desea transmitir de una forma coherente (aspecto semántico); en tercer lugar, construir las oraciones adecuadas, con la debida cohesión (aspecto estilístico). Debera, finalmente, redactarlas respetando las normas gramaticales (corrección).

Sean traducciones o no, nos encontramos en ocasiones con textos que nos transmiten una sensación de incorrección, aunque analizados frase a frase resultan ser gramaticalmente correctos. En tales casos, habrá que buscar la explicación en alguno de los restantes niveles.

En el campo de la traducción, no todos los niveles tienen la misma trascendencia. Así, en el nivel de la cohesión, objeto de análisis de este artículo, el traductor debe enfrentarse a problemas diversos.

La cohesión tiene relación directa con la forma de unir entre sí las distintas oraciones. Halliday y Hasan, con respecto al inglés, distinguen cinco mecanismos de cohesión: la referencia, la sustitución, la elipsis, la conjunción y la cohesión léxica.

En cuanto al euskara se refiere, se constata hoy en día una tendencia a prolongar el eje sintagmático a expensas del paradigmático (ej.: bere laguna da en lugar de laguna du, bere aita naiz en lugar de aita nau...).

Caracter orgánico del texto

El texto tiene caracter orgánico: los elementos que forman parte de él son jerárquicamente interdependientes. Así, si el traductor analiza las palabras y las estructuras aisladamente, pierda la visión global, que debería tener siempre en cuenta.

El carácter orgánico del texto exige que el traductor se aleje de un mimetismo mecánico, casi "palabra por palabra"; sólo de ese modo será la traducción algo más que un conjunto de elementos lingüísticos colocados en cadena, es decir, un texto que, además de la debida adecuación y corrección, presente la necesaria coherencia y cohesión.