Presentación
Senez

Traducción: Koldo Morales

La primera noticia que trae esta revista Senez, escondida en sus páginas de portada, es la referente a su cambio de titularidad. Hasta ahora su titular era la Escuela de Traductores de Donostia, y a partir de ahora lo será la Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes en Lengua Vasca.

Esta revista Senez fue fundada por la Escuela de Traductores de Donostia, hace ahora cuatro años; tal como decía en la introducción de su primer número, su objetivo era ser un punto de encuentro para los traductores y lugar de reflexión de éstos. Su intención principal ha sido conocer la traducción en euskera y elevar y consolidar su calidad, aportando y suministrando las herramientas que la traducción en euskera necesita para su fortalecimiento. En ese sentido, desde su fundación esta revista ha tratado de realizar reflexiones sobre el mundo de la traducción en todos los ámbitos en los que la traducción en euskera tiene un sitio: teoría de la traducción, traducción literaria y pragmática, interpretación, crítica e historia de la traducción, lingüística contrastiva, situación de los traductores y condiciones de trabajo. En resumen, ha intentado tocar los temas relacionados con la traducción en euskera, en la medida –—pequeña medida, por desgracia— en que le llegaban las fuerzas.

También se ha esforzado en conocer y encaminar las necesidades y deseos de los intérpretes y correctores. En efecto, uno de los puntos básicos de partida de la asociación EIZIE ha sido precisamente una encuesta realizada por esta revista. Así, la asociación EIZIE ha surgido con el ánimo de ofrecer un camino a esas necesidades y deseos de los traductores, correctores e intérpretes de Euskal Herria, es decir, a su necesidad y deseo de juntarse y de fortalecerse de manera conjunta. Ello debe ser un importante paso hacia delante y un importante instrumento para fortalecer el mundo de la traducción en euskera.

Entre los objetivos principales que esta asociación se marcó en su I. Asamblea General figura la necesidad de “buscar la formación y la mejora de los traductores de euskera” (Título II, Artículo 7 – d). La Asociación puede cumplir con ese cometido de muchas y diversas formas: publicaciones, reuniones, seminarios, etc, y ya ha empezado a preparar algunos seminarios, para que esos objetivos no se queden en mera declaración de intenciones.

La Escuela de Traductores de Donostia ha visto que la Asociación era un lugar mejor para esta revista, así que le ha ofrecido su titularidad, tomando en cuenta que los objetivos de la Asociación son los mismos que los que la revista manifestaba en su primer número: el primer objetivo de esta revista es ser punto de encuentro de todos aquellos que se interesen por el ámbito que hemos tomado como tema; luego, “el segundo objetivo es informar sobre todo aquello que consideremos de valor y podamos tomar de la teorización externa”.

La Junta Directiva de la Asociación aceptó su oferta, organizando un comité de redacción que se ocupara de sacar adelante esta revista. Ese comité de redacción está formado por personas de todos los ámbitos en que actúa la Asociación: miembros del comité de traductores de la Administración y de los medios de comunicación, personas que trabajan en la traducción literaria, intérpretes. Entre las decisiones que ha tomado esta redacción está el responder a la periodicidad de la revista, agilizar la misma, y publicar más trabajos puntuales sobre problemas concretos de la traducción. Esos son los que pueden tener más repercusión.

Por lo tanto, deseamos a SENEZ una larga prosperidad en esta nueva etapa que inicia con el presente número.

En este número

La traducción de textos de la grandes religiones del mundo ha creado siempre problemas, y como siempre que existen problemas también han surgido muchas reflexiones, lo cual ha tenido numerosas consecuencias en los lugares y momentos en que se ha producido.

El inicio de la literatura escrita de muchos idiomas tiene su base en la traducción de textos sagrados: entre nosotros son conocidos los casos del armenio, gótico, ruso, ucraniano, alemán, lituano, checo y casi el euskera. Más recientemente, a partir del último siglo, aunque no se mencionan tan frecuentemente, deberíamos mencionar a numerosos idiomas que han sido dotados de alfabeto por los misioneros, sobre todo en África y en América. Aparte de los que se dotaron de alfabeto en la Unión Soviética después de la Revolución de Octubre, esos idiomas son casi los únicos que han llegado a ser idiomas escritos.

Por consiguiente, no debe olvidarse que, sobre todo en el Extremo Oriente, la traducción de textos sagrados ha tenido una enorme influencia en algunos idiomas: tibetano, japonés y chino, en cierta medida.

La traducción de textos sagrados ha traído consigo un gran esfuerzo de teorización, puesto que esta traducción requiere tratar con especial respeto el contenido y –casi siempre- la forma del texto original; en efecto, la palabra sagrada es por sí un elemento promotor.

Siguiendo por esta línea, hemos hecho una breve historia de las traducciones que se han hecho al euskera de los textos sagrados (de la Biblia). Así, al final de esa historia se encuentran dos grandes traducciones: la del grupo que ha realizado la traducción de la Biblia interiglesias y la traducción del Nuevo Testamento realizada por el Comité Litúrgico. Estas dos traducciones también se analizan en sendos artículos.

Después de ese tema que Senez trata de forma monográfica en este número, viene otro tema que en estos tiempos está al rojo vivo entre los traductores: la regulación de los estudios de Traductor. En el Estado español existe el propósito de cambiar los estudios de traducción, y se han realizado ya diversas propuestas. En dos artículos se analizan los orígenes y características de dichas propuestas.

Además de esos temas, ofrecemos también las habituales secciones de la revista: crítica de traducciones, información sobre revistas y libros, y noticias breves.