Formación de traductores en Europa
Antonio Argüeso

I. Introducción

En el número especial que Meta[1] dedica a su 40º aniversario, Alexis Nouss se hace esta pregunta: "¿Qué sabemos de la traducción?". Para este Profesor de Traducción en la Universidad de Montreal, la traducción es algo así como un objeto no identificado, ya que recorre diversas disciplinas, sin posarse en ellas. Aparece y desaparece en numerosas ramas del saber, pero de forma esporádica, poco estructurada. La encontramos en la lingüística, en la semiótica, en la literatura comparada, en el psicoanálisis, en la antropología, en la filosofía y hasta en la neurología. Y cada vez se especula y se define en un perfecto desorden conceptual con un único semicomún denominador de utilitarismo.

Verdad es que existe la "traductología", que reúne a expertos en coloquios, a la que se dedican libros, revistas. que posee un espacio universitario en los países con nuevos planes de estudios en Traducción e Interpretación (conviene insistir en que esta asignatura solamente existe en los países con "nuevos" planes; en los países con gran tradición en este campo Suiza, Bélgica, Francia y por lo tanto con planes "antiguos", que aún no han podido cambiar, no existe tal asignatura).

En la historia del pensamiento humano, lo normal es que una actividad intelectual, cuando se empieza a generalizar, desemboque en una teoría científica. Sin embargo, en el caso de la traducción, que en su vertiente oral es una de las actividades intelectuales más antiguas que el ser humano realiza, no ha sido así. En el caso de la traducción ha habido reflexiones múltiples y también exposición de métodos de trabajo y discusiones sobre cómo enfocar tal actividad, pero si no confundimos la teoría con el método ni el análisis con recetas, estaremos de acuerdo en que hasta bien entrado el siglo XX nada se ha hecho en este campo.

Este estado de cosas hace que quien quiera adentrarse en este mundo de la traducción, que en los últimos años ha conocido una evolución extremadamente rápida, se encuentra ante una situación paradójica en sí: por un lado, lo escrito antes de la segunda mitad del siglo XX sobre teoría de traducción es relativamente poco importante y por otro, a partir sobre todo de la mitad de los años ochenta, hay una cada vez mayor abundancia de libros, revistas, congresos, coloquios, encuentros, mesas redondas... difícil de cerner y de delimitar, pues una de su característica más importante es la falta de cohesión, de rigor conceptual y de acuerdo entre los autores que de este tema se preocupan. Es más, ni siquiera existe una definición consensuada por una mayoría de investigadores. Ni siquiera hay un acuerdo mínimo sobre si la traducción debe tratarse como resultado, como producción, como procedimiento... Finalmente podríamos decir que ni siquiera hay acuerdo sobre el tema del que se habla.

Es pues mucho lo que en este campo queda por hacer. Nosotros en este trabajo vamos a intentar ver cómo se forma a los traductores en diferentes países europeos, esperando con ello aportar alguna respuesta, ya que en la conclusión intentaremos entresacar los puntos de convergencia entre los centros de mayor reputación en la enseñanza en este campo.

Es decir, a continuación les haré una breve presentación de cómo se forma a los futuros traductores e intérpretes en Francia y Bélgica (con alguna alusión a Suiza, que aunque no forme parte de la Unión Europea tiene en la Universidad de Ginebra uno de los centros más conocidos en este campo), en Alemania, en Gran Bretaña y en Italia. Haremos también una breve presentación de cómo se imparten estos estudios en Grecia país en el que son muy recientes, pero creo que se han implantado con un criterio algo más acorde con las necesidades de la profesión que en España. Y terminaremos por unas consideraciones generales sobre los puntos, especialmente los positivos, de unos y otros planes de estudio en este campo.

II.- Formación de Traductores e Intérpretes en Francia y en Bélgica

1. Introducción

Posiblemente los centros más conocidos en la formación de Traductores e Intérpretes se hallen en zonas francohablantes (Ginebra, París y Bruselas). En estas tres ciudades se concentran ocho Instituciones en las que es posible conseguir licenciarse en Traducción o en Interpretación : uno en Ginebra, en su Universidad, dos en París (la ESIT y el ISIT) y cinco en Bruselas, tres francohablantes (ISTI, Marie Haps y Cooremans) y dos de habla flamenca. En Bélgica hay también otro centro en Mons (parte francohablante) y dos en la zona de habla neerlandesa: Amberes y Gante.

La mayoría de estos centros aparecieron en los años cincuenta y, a pesar de hace ya más de cuarenta años, solamente la ESIT de París ha conseguido traspasar las fronteras de la simple técnica, intentando elaborar una teoría sobre la enseñanza de la traducción y (sobre todo) de la interpretación con los trabajos centrados en la "teoría interpretativa de la traducción" o más comúnmente llamada "teoría del sentido", teoría que, dicho sea de paso, prometía mucho más de lo que finalmente ha llegado a dar, pues aunque siga siendo, a mi modesto entender, la que más ayude a formar al futuro traductor de textos pragmáticos, y sobre todo al intérprete, parece haberse estancado y pocos progresos ha conocido tras su primera presentación[2].

Es decir, nos hallamos ante los centros con mayor experiencia en este campo, pero sin una tradición investigadora. De la ESIT acabamos de hablar, el ISTI de Bruselas tiene una irregular revista (Equivalences) en la que se publican trabajos de diversa índole, pero sin un seguimiento rígido en el campo de la Traducción e Interpretación; Marie Haps parece orientarse hacia el camino de la investigación terminológica, para lo que ha creado un centro con esta finalidad en Bruselas, pero que aún carece de publicaciones propias; Cooremans se dedica exclusivamente a la docencia y solamente en Ginebra y en el ISIT de París hay algún profesor de renombre en este campo, renombre conseguido por publicaciones diversas, pero nada más. Y esta misma situación en lo que a investigación se refiere la hallamos en los demás países, por lo que no volveremos a hablar de ello. Hasta la fecha, como decía al principio, aunque se escribe mucho y se fomentan encuentros y coloquios por doquier sobre este tema, poco concreto aparece que sirva eficazmente en la práctica de la enseñanza de estas disciplinas.

2. París

Tanto la ESIT como la ISIT se fundan en el año 1957. En las dos se exige un examen de admisión, relativamente exigente, sobre cultura general específica y sobre el conocimiento de las dos lenguas extranjeras elegidas por el alumno. Para los dos casos es necesario haber obtenido previamente un diploma universitario (el DEUG o Diploma de Estudios Generales o de primer ciclo). También en los dos centros el horario es de 15 horas por semana (en el ISIT las clases se imparten por la tarde) y se estudia la traducción/interpretación de dos lenguas extranjeras. Finalmente en los dos lugares se insiste en asignaturas de economía, derecho y organizaciones internacionales, problemas científicos. etc., cursos que se imparten cuando el estudiante traduce textos relativos a estos campos.

Por otro lado en la ESIT hay cursos sobre entrenamiento en las técnicas de la redacción (escrita) y del discurso (oral) en francés, de resúmenes, informes, elaboración de actas, etc. Otra característica de la ESIT la encontramos en las conferencias dadas por especialistas sobre temas específicos y muy concretos; estas conferencias, que imparten la mayoría de las veces traductores o intérpretes especialistas del campo presentado bajo un espíritu didáctico sobre todo desde el punto de vista de la terminología, tratan de temas vistos en las clases de traducción técnica. También se insiste aquí en el estudio de la terminología, de tal manera que el proyecto de fin de carrera consta de una introducción de 50 a 80 páginas en francés, seguida de un glosario trilingüe sobre el tema tratado. Y claro, el acento se pone en la formación de intérpretes, para lo que es necesario antes haber superado un examen relativamente duro y exigente. Este examen se celebra ante un Tribunal compuesto por profesores y por profesionales (normalmente miembros de la AIIC); en este examen el alumno debe probar su amplia cultura general y un conocimiento más detallado de todo lo relacionado con la actualidad en los países cuyas lenguas conoce, además de una capacidad de elocución, de estructuración del pensamiento, de análisis, de síntesis, etc.

En el ISIT se insiste acaso menos en el aspecto técnico de la formación del traductor, y el proyecto de fin de carrera está reemplazado por un informe sobre el trabajo de prácticas en empresas, que obligatoriamente deben realizar todos los estudiantes, por una traducción de unas diez páginas y por un trabajo de terminología.

Señalemos para terminar, como características importantes, que la mayoría del cuerpo docente de la ESIT son profesionales (los profesores de interpretación son todos miembros de la AIIC) y que en el ISIT es obligatorio conocer la dactilografía para poder diplomarse.

3. Bruselas

En Bruselas los estudios de traducción e interpretación conocen un desarrollo como ninguna otra ciudad puede aventurarse a tener. Esta ciudad de menos de un millón de habitantes cuenta con cinco centros y los cinco conocen un importante éxito de alumnos que va de los casi 1.000 del ISTI (fundado en 1958) a los más de 300 del centro menos poblado. Como decía, de estos cinco centros tres imparten su enseñanza en francés y dos lo hacen en neerlandés.

Una característica de los centros bruselenses (que responde a un requisito legal) es el abultado número de horas de clase: más de treinta por semana y una importante masificiación en las clases de los llamados "cours généraux" y en muchas de traducción (no así en las clases de interpretación, en las que nunca hay más de 15 alumnos la media es inferior a 5 alumnos por clase). Por otro lado, si bien no hay ningún tipo de selección a la entrada, como solamente podrán pasar al segundo año los alumnos que hayan aprobado todas las asignaturas de primero (más de 18), en general los alumnos que sobrepasan este primer año tienen un nivel más que aceptable.

Por otro lado, al estar la formación muy reglamentada y controlada por las autoridades nacionales primero y regionales ahora, apenas hay diferencia entre centros en lo que a planes de estudio se refiere.

La gran diferencia entre Bruselas y París es que, mientras los centros de esta segunda ciudad imparten clases a alumnos que han hecho ya un DEUG, en Bruselas realizan todos sus estudios en el centro elegido. Según la estructura de este país, la enseñanza de la Traducción y de la Interpretación, aunque se considere de nivel universitario, no se imparte en la Universidad, con lo que su sistema de regulación es diferente; por otro lado, todos los profesores que trabajan en estos centros dependen exclusivamente del mismo, sin ninguna relación con otros departamentos o facultades, con lo que los cursos se imparten exclusivamente en función de las necesidades propias y específicas de la carrera. Decía que en Bruselas la carrera, al igual que en España, se imparte durante cuatro años; por ello, durante los dos primeros años se imparten clases centradas sobre todo en el aprendizaje de lenguas extranjeras y de cultura general específica (esta cultura general específica abarca la economía, el derecho, la sociología, la historia, las relaciones internacionales, la lingüística, la literatura...), además de clases de refuerzo del francés (lingüística, redacción, expresión oral, toma de notas, etc.). Las clases de traducción o de interpretación propiamente dichas se imparten durante los dos últimos años. En el caso del ISTI de Bruselas los alumnos que desean seguir las clases de interpretación deben pasar un examen específico muy duro (de hecho solamente se matricula en interpretación el 15% de los alumnos que acceden al segundo ciclo). Verdad es que a partir del segundo año hay clases de traducción, pero se trata todavía más bien de un especial acercamiento a la lengua extranjera. Sin embargo, los alumnos que pasan al segundo ciclo deben ser capaces no sólo de seguir clases monográficas impartidas en las lenguas estudiadas (la dos lenguas extranjeras estudiadas tienen la categoría de B), sino también de acometer la traducción de textos de orden general, jurídico y económico al principio y técnico especializado más adelante. En teoría en este segundo ciclo pueden elegir una tercera lengua, pero es tal la carga de horas de clase que tienen, que muy pocos son los alumnos que consiguen hacerlo.

Al final de los estudios el estudiante debe presentar y defender un proyecto de fin de carrera que puede ser o una traducción o un glosario o un estudio monográfico específico, redactado en una de las dos lenguas extranjeras estudiadas. Cuando se trata de traducción o de glosario, es obligatorio realizar una introducción en la lengua extranjera de unas 40 ó 50 páginas en la que el alumno demuestre sus dotes de expresión escrita en esta lengua (claridad, capacidad de síntesis y de estructuración del pensamiento) y del conocimiento del tema tratado en el glosario o en la traducción. Durante la defensa oral del proyecto deberá expresarse y defenderse en francés y en la lengua extranjera elegida para su trabajo.

Por último cabe señalar que, debido justamente al control de las autoridades de tutela de los centros que imparten estas disciplinas, son muy pocos los profesionales que imparten clases, sobre todo en traducción, pues para estar en plantilla hay que ser funcionario, algo que impide realizar, casi automáticamente, cualquier otro tipo de trabajo. En interpretación el ISTI ha encontrado una fórmula que le permite acercarse al menos a la realidad del mercado: con una relativa regularidad hay intérpretes profesionales que imparten clase, al menos para los alumnos que se hallan en el último año, con el profesor titular de la asignatura; es una situación que aunque no sea ideal , al menos permite el contacto directo con la vida profesional, pues estos mismos intérpretes ofrecen diferentes posibilidades a los alumnos de asistir e incluso de trabajar en algunas de las reuniones que deben interpretar.

III.- Formación de Traductores e Intérpretes en Alemania

La estructura general de los estudios es, como en el caso de Bruselas, de cuatro años, repartidos en dos bloques de igual período, pudiendo, al final del primero optar o por la traducción o por la interpretación (en este segundo caso, tras haber superado un examen). El número de horas semanal no suele ser superior a quince. El programa de estudios se articula, en las principales facultades de traducción e interpretación, en cuatro campos:

  1. Lenguas aplicadas a la traducción y a la interpretación. Los estudiantes deben escoger dos o tres lenguas (inglés, francés, italiano, español, neerlandés, portugués, ruso, polaco, árabe o chino); una de ellas como B y la otra u otras como C. En estas clases se imparte sobre todo lengua extranjera, pero se introducen también principios básicos de traducción y de contrastes de lenguas.
  2. Estudio detallado de una rama no lingüística, que el alumno debe elegir entre ciencias económicas, técnica, derecho o medicina/farmacia. En este bloque se estudia el tema, haciéndose especial hincapié en la terminología y fraseología de su campo de especialidad. Se trata de estudios que se realizan durante el primer ciclo; durante el segundo se traducen textos del campo elegido.
  3. Estudio de la civilización de los países donde se hablan las lenguas estudiadas. Se trata de estudios que el estudiante sigue libremente en conferencias y en seminarios. En este caso no hay examen (algo relativamente extendido en Alemania); el estudiante sigue las conferencias y los seminarios y redacta por cada tema previamente elegido un informe personal de unas quince páginas.
  4. Estudio de la lingüística, centrado en la lingüística general y en teoría de la traducción.

Finalmente cabe señalar que durante el primer cuatrimestre el estudiante tiene que seguir un curso de refuerzo del alemán. Además, para conseguir el título necesita redactar un proyecto de fin de carrera de unas cien páginas.

Al igual que en Bruselas, en Alemania los tres centros más importantes en la formación de traductores e Intérpretes (Germersheim, Saarbruck y Heidelberg) tienen características similares y que, globalmente, podemos resumir en dos puntos:

    • Especialización en una rama no lingüística (física, mecánica, termodinámica, química, automóvil, ciencias médicas), enseñadas por especialistas del campo tratado (las clases de traducción las imparten traductores especializados en esos temas).
    • La insistencia en el elemento cultural correspondiente a los pueblos cuyos idiomas estudian y en la lingüística que equilibra el aspecto demasiado técnico que acabamos de indicar. Desgraciadamente, y al igual que Bruselas, las clases están con frecuencia muy masificadas.

IV.- Formación de Traductores e Intérpretes en Italia

En Italia la enseñanza de la traducción y de la interpretación se inició antes que en París y en Bruselas, pues en 1954 la Universidad de Trieste empezó a impartir clases de lenguas especialmente destinadas a los traductores y a los intérpretes. Sin embargo ha conocido un desarrollo muy lento en el resto del país y actualmente son muy pocas las universidades que han introducido esta docencia en sus planes de estudio.

Al igual que en Alemania, el estudiante debe elegir dos lenguas, una B y otra C, pudiendo añadir una tercera en el segundo ciclo aunque, al igual que en el ISTI, al tener unas treinta horas de clase por semana, pocos son los que lo hacen.

Una característica de Trieste es que, al haber muy pocos centros que imparten esta docencia, tienen una gran demanda de alumnos que desean seguir estudios de Traducción o de Interpretación, con lo que pueden realizar un examen de admisión muy estricto.

Al igual que en Bruselas, en Trieste los estudios se centran en el primer ciclo en el aprendizaje de las lenguas extranjeras y en cursos de cultura general específica (economía, derecho, relaciones internacionales, recursos naturales, geografía política, historia, lingüística, literatura...), además de cursos de italiano. En el segundo ciclo se abordan los cursos de traducción o de interpretación específicos (separadamente) y de cultura general propia a los pueblos cuya lengua se estudia, además de correspondencia comercial y de ejercicios prácticos en lengua extranjera.

V.- Formación de Traductores e Intérpretes en Gran Bretaña

En Gran Bretaña la formación de traductores y de intérpretes se hace dentro de lo por ellos denominados Lenguas Aplicadas. Durante los tres primeros años estudian dos lenguas extranjeras (una como B y la otra como C) y el cuarto deben pasarlo en el extranjero. Durante estos estudios además de insistirse en el aprendizaje de las lenguas extranjeras, se imparten cursos de "estudios europeos" y de lingüística en inglés. En general no sobrepasan las dieciocho horas por semana. En algunos centros se imparten algunas horas de traducción directa e inversa los primeros años, y de traducción de enlace en el tercero.

Las Universidades que imparten cursos de Traducción e Interpretación lo hacen durante un año especial o de posgrado (Salford, Bradford, Bath, Herriot-Watt) de reciente creación, con el que se pretende que los estudiantes mejoren el conocimiento oral y escrito de las lenguas extranjeras estudiadas y su comprensión y sean, además, capaces de acercase al análisis de los problemas teóricos de la traducción, de la interpretación y del análisis estilístico. El programa de estudios, de un año, y que incluye un proyecto de fin de carrera, tiene tres vertientes:

  1. Clases de traducción y de interpretación.
  2. Clases modulares sobre teoría de la traducción, estilística general, estilística inglesa, fonética, terminología y documentación aplicada a la traducción.
  3. Sesiones específicas de interpretación.

VI.- Formación de Traductores e Intérpretes en Grecia

En Grecia los estudios de traducción y de interpretación se introducen en la Universidad de Salonique en el año 1986. Como es el único centro que imparte tales estudios y que sólo aceptan a unos cuarenta estudiantes al año, se es muy exigente en la selección, exigiendo a los estudiantes un buen conocimiento de las dos lenguas extranjeras elegidas (entre el inglés, francés y alemán).En el primer ciclo deben seguir, además de las clases de griego y de ejercicios de lengua y de traducción en las lenguas extranjeras elegidas, clases de dactilografía, de lingüística general, economía, derecho y ciencias políticas.

En el segundo ciclo se dan las clases de civilización y literatura de las lenguas extranjeras elegidas y de informática, además de clases de traducción especializada según lo optado por el alumno. En este segundo ciclo el estudiante debe elegir dos especializaciones en las tres orientaciones propuestas por la Universidad: traducción literaria, traducción económico-jurídico-sociológica y traducción técnica y científica. Por otro lado, en este ciclo el estudiante debe elegir entre la traducción o la interpretación.

VII.- Conclusiones generales

Después de haber hecho un breve recorrido por la enseñanza de la traducción y de la interpretación en los principales centros europeos que imparten esta disciplina, creo que puede ser interesante entresacar algunas conclusiones sobre toda una serie de puntos de los que algunos hemos comentado ya y otros los introducimos en este breve resumen:

1) El número de estudiantes por aula, normalmente demasiado abultado en todos los centros (no menos de 40 en traducción y a veces hasta más de 100 alumnos). Cae por su peso que nunca debería sobrepasarse de 25, para de esta forma realizar una evaluación continua basada en la corrección individual de un número importante de trabajos escritos (es lo que se hace en Copenhague y en Amsterdam, centros de los que no hemos hablado por la premura del tiempo y porque los estudios de traducción y de interpretación se realizan como complemento a otro tipo de estudios los estudios de traducción se realizan en el tercer ciclo, tras cuatro años de estudios universitarios y los de interpretación durante seis meses después de haber aprobado los de traducción y un examen de selección muy exigente).

2) Importancia que en esta carrera tiene la investigación y el estudio y trabajo personal que horarios cargados impiden (como les ocurre a los estudiantes de Bruselas, Trieste y, en menor medida, Grecia).

3) Importancia de las clases de redacción, ejercicios de estilo, análisis de textos en la lengua materna, como ocurre en París, Amsterdam y en menor medida en Bruselas y en Trieste), e importancia a su vez de la redacción y composición en lengua extranjera. Se trata de algo que no conviene dejarlo solamente para las clases de traducción inversa, como ocurre en Alemania, Trieste, París.

4) Importancia que tienen las clases de interpretación de enlace en los estudios de traducción, y que en algunos centros no se imparten (París y Bruselas por ejemplo). Se trata de una técnica que no sólo es útil como soporte didáctico a las de traducción escrita, sino que puede ser muy importante para el futuro traductor cuando deba enfrentarse a trabajos de este tipo que sin duda alguna se le exigirán.

5) Importancia del estudio sistemático y de la enseñanza de lenguas de especialidad (sobre todo en los campos jurídico y económico).

6) Importancia de la introducción de clases de soporte técnico desde el primer momento, además de dactilografía, de correspondencia comercial y de informática, tanto en la lengua materna como en las lenguas estudiadas: pocos centros imparten desde el primer año clases de este tipo, cuando es inimaginable que hoy día nadie pueda trabajar en este campo sin manejar con soltura un buen tratamiento de textos, una base de datos, glosarios informatizados o por internet, etc.

7) La separación clara de los títulos de Licenciado Traductor y de Licenciado Intérprete (en España se imparte el título de Licenciado en Traducción e Interpretación).

8) Importancia de las asignaturas de reflexión durante la carrera: el futuro traductor o intérprete tiene que haber adquirido esta capacidad durante sus estudios. Da ahí la importancia de asignaturas del campo de la lingüística y de la teoría de la traducción

9) Posiblemente la fórmula ideal para formar a los intérpretes sea la Danesa de la Handelshøjskolen I København de Copenhague que, como hemos indicado, se realiza durante seis meses y tras haber obtenido el título de traductor (en seis años) y superado un examen de admisión; otras fórmulas igualmente válidas a mi entender son las inglesas, en posgrado y las de París.

Es decir, y como ven, se trata todavía de una situación de la que no sabemos gran cosa, como lo prueba la diversidad de su enseñanza, diversidad que es todavía mucho mayor cuando intentamos analizar más de cerca los planes de estudio de los centros europeos donde se imparte esta carrera. Repito que estamos solamente en los albores, pero dada la fuerza con la que se ha iniciado la andadura y el interés que por doquier se palpa, estoy seguro que, aunque es mucho lo que queda por delante, no se tardará en tener ideas más claras que nos ayuden a todos a formar a los buenos traductores e intérpretes del mañana.


Notas:

1. La traduction comme Ovni, Alexis Nouss, in Meta XL, 3 1995, pg. 335.

2. Quien desee información sobre este tema le aconsejamos consulte la bibliografía de Danica Seleskovitch y Marianne Lederer en Pédagogie raisonnée de l'interprétation Didier Érudition. Paris 1989.