Centenario del nacimiento de Andima Ibiñagabeitia
El pasado 26 de enero se cumplieron cien años desde el nacimiento en Elantxobe (Bizkaia) de Andima Ibiñagabeitia Idoiaga. Escritor, traductor, impulsor impenitente de las letras vascas, realizó en los años más oscuros del pasado siglo una enorme labor a favor del desarrollo de la lengua vasca.
Comenzó sus estudios de bachillerato en Tudela (Navarra), en el colegio de los jesuitas. Con quince años, ingresa en el Santuario de Loiola. Posteriormente se traslada a Oña (Burgos) con el fin de estudiar Filosofía. Tras estar destinado como docente en Colombia, es enviado a Marneffe (Bélgica) a cursar estudios de Teología y Derecho Canónico. En 1935, durante su estancia en Bélgica, estando a punto de ser ordenado, abandona los hábitos.
En toda esa trayectoria, resultan decisivos los años de Loiola, puesto que fue en esos cinco años donde se forjó definitivamente el amor y el compromiso de Andima Ibigañabeitia por el euskara. A pesar de las dificultades, una serie de alumnos crearon una pequeña agrupación a la que denominaron Elerti Bazkuna; junto a Ibiñagabeitia, integraban aquel grupo, entre otros, Jokin Zaitegi, Lauaxeta, Plazido Mujika, Iñaki Goenaga. Dedicados al estudio riguroso de los clásicos grecolatinos, los miembros de aquel grupo se propusieron firmemente cultivar al máximo la lengua vasca y traducir al euskara aquellos clásicos, al igual que otros clásicos modernos. Incluso muchos años después, en el exilio, Ibiñagabeitia se mantendría fiel a aquellos propósitos. Fruto de su esfuerzo son las traducciones de autores clásicos como Virgilio (Bucólicas y Geórgicas), Ovidio (Ars Amandi), Lucrecio (De rerum natura) y Cátulo; fue también traductor de obras más modernas como La cena de los cardenales del portugués Júlio Dantas, y, junto con Jokin Zaitegi, tradujo al euskara La Fuerza Bruta y La Malquerida, de Jacinto Benavente. Son de destacar, igualmente, las traducciones que llevó a cabo, con notable precisión, de temas científicos. Algunas de las citadas traducciones no fueron publicadas y descansan en el monasterio benedictino de Lazkao (Gipuzkoa).
Andima Ibiñagabeitia es, junto a Orixe y Jokin Zaitegi, una referencia imprescindible durante los duros años de la posguerra. Estos autores trabajaron para elevar la lengua vasca al nivel de otras lenguas cultas, tenían por objetivo que el euskara se convirtiera en una lengua de cultura, adecuada y capaz. Y, ciertamente, no fueron escasos los progresos que lograron.
Andima Ibiñagabeitia murió en el exilio el 2 de noviembre de 1967, en Caracas (Venezuela). En el centenario de su nacimiento, merece ser recordada su labor, y reclamada la atención sobre sus traducciones. La Real Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, de la cual fue académico correspondiente, también homenajeará la figura de Ibigañabeitia el próximo 26 de mayo en su Elantxobe natal.
Para saber más sobre Andima Ibiñagabeitia:
Andima Ibiñagabeitia
Bibliografía básica
Erbestetik barne-minez
Andimaren idazlan hautatuak