400.000 euros

2004 Diciembre 9
400.000 euros

Con cuatrocientos mil euros, el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco podría, por ejemplo, adquirir más de 20.000 libros para nuestras bibliotecas públicas, o, pongamos por caso, podría mandar traducir las 50 principales obras literarias de, por ejemplo, países como Bélgica o Rumania.

Con tal cantidad de dinero, podrían organizarse un buen número de representaciones teatrales durante un año a lo largo y ancho del País Vasco; o, de haber aceptado la propuesta hecha en su día por EIZIE, podría haberse puesto en escena, con la oportuna dignidad y brillo, el recién traducido Hamlet como número 100 de nuestra colección de Literatura Universal, que la ocasión bien lo merecía.

Cuatrocientos mil euros, o, lo que es lo mismo, 64 millones de las antiguas pesetas, servirían al Departamento de Cultura del Gobierno Vasco para dar un decidido impulso al clima cultural de la mayoría de pequeños municipios vascos, aunque no fuera más que por la vía de subvencionar a los cientos y miles de grupos y asociaciones que trabajan en ellos, sobreponiéndose a enormes dificultades económicas.

Sirviéndose de tal suma, nuestro Departamento de Cultura podría haber enviado una enjundiosa embajada cultural a, pongamos por caso, Lieja o Bucarest, para contar allí lo que nuestro pueblo hace; podría haber instalado sendos espacios expositivos, que dieran buena cuenta de nuestra gastronomía, arte, geografía, escultura, literatura, pintura o lo que fuere. Podría, incluso, celebrar convenios con los principales museos de dichas ciudades, para el intercambio de obras de arte.

Pero no, el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco ha otorgado esos 400.000 euros al pobre equipo de fútbol del Athletic de Bilbao, para que encima de su camiseta rojiblanca los jugadores luzcan la palabra Euskadi en dos partidos que deben jugar en Lieja (Bélgica) y Bucarest (Rumania).

El mal viene de antiguo: nuestra instituciones públicas conceden con enorme ligereza grandes sumas de dinero a los millonarios equipos locales de fútbol o baloncesto, a cambio de la supuesta publicidad de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa o lo que se tercie; pura imagen. Porque, me van a perdonar, pero ¿cuántos aficionados al fútbol en Lieja o Bucarest sabrán qué demonios significa esa palabra «Euskadi» que a duras penas llegarán a ver? ¡Ni aun llevando un fornido levantador de piedras capaz de echarse al cuello 20 veces seguidas la piedra de 300 kg antes de comenzar el partido!


Koldo Biguri
Este artículo fue publicado originalmente en español en el Diario de Noticias de Álava el día 1 de diciembre de 2004 (Traducción de G. Egia).