Intérprete británica encausada
Katharine Gun, traductora de 29 años, al servicio hasta ahora de los servicios secretos británicos, corre el riesgo de ir a la cárcel por haber denunciado un caso de espionaje y manipulación.
La intérprete, que trabajaba en los cuarteles generales del servicio de información GCHQ ha confesado que filtró el contenido de un mensaje electrónico enviado por el espionaje de los Estados Unidos a sus colegas británicos para que intervinieran ciertos teléfonos. Katharine Gun niega haber violado la Ley de Secretos Oficiales, puesto que desveló la información empujada por un imperativo de conciencia, con el fin de evitar una «guerra ilegal» en Iraq.
Katharine Gun fue arrestada tras haber sacado a la luz una «sucia operación» dirigida por el US National Security Agency (NSA) contra algunos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, como parte de la batalla planteada por Washington para ganar votos a favor de la guerra contra Iraq. La operación de vigilancia secreta incluía interceptar los teléfonos de trabajo y privados de algunos delegados de la ONU, así como de sus correos electrónicos.
La NSA dejó claro que los únicos objetivos de la operación eran los delegados de Angola, Camerún, Chile, Bulgaria, Guinea y Pakistán, seis votos cruciales en el Consejo de Seguridad.
Katharine Gun ha declarado que «cualquier revelación estaba justificada por las serias ilegalidades cometidas por el gobierno norteamericano, que pretendía implicar a nuestros propios servicios de seguridad; el único fin era evitar muertes a gran escala entre la población civil iraquí y las fuerzas militares británicas en una guerra a todas luces ilegal. Lo único que hice es seguir mi conciencia».
Más información:
Se puede suscribir una carta de apoyo a Katharine Gun en la página web del National Network to End The War Against Iraq.